jueves, 3 de marzo de 2016

Ron Mueck  “Obras de arte” Hiper-Realistas


Por: @GegeRpz 



Ron Mueck es un escultor australiano, que tuvo su origen profesional en el mundo de los efectos especiales para el cine. No es un escultor cualquiera, ya que sus “obras de arte” son hiper-realistas,reproducen fielmente cada detalle del cuerpo humano, llega a tal extremo de poner en sus figuras poros, lunares, puntitos negros, vellos en los brazos y piernas, cabello y todo lo que el cuerpo pueda tener.









Los detalles son tan reales, que si las esculturas tuvieran la estatura de una persona (normalmente son más grandes o más pequeños), cualquiera podría equivocarse.











Su trabajo ha recorrido el mundo, y lo que asombra no es tanto el grado de realismo (o hiperrealismo, que le llaman) de sus esculturas, sino la forma fantástica de jugar con volúmenes y escalas, modificando la proporción de las piezas de modo que el espectador sienta que es él y no las estatuas las que cambian de tamaño, siendo minúsculos en una sala y gigantes en la siguiente.






Distinguido en el ámbito del arte contemporáneo por la fascinante verosimilitud y el deslumbrante realismo que caracterizan sus obras, Ron Mueck explora la representación figurativa como un recurso con el que, reduciendo o aumentando la escala de sus modelos según lo requiera el tema, logra imprimir vida a sus creaciones.






RON MUECK / HIPERREALISMO DE ALTO IMPACTO presenta esculturas elaboradas en técnica mixta con materiales como silicón, fibra de vidrio y acrílico que el artista realizó del 2000 al 2009. Mueck explota su dominio de la anatomía y su talento para detonar, ante estos seres inmutables, exclamaciones así como reflexiones sobre el límite entre la realidad y el artificio, entre lo revelado y lo oculto, el vínculo palpable que une presencia y ausencia.
Con sus obras de proporciones poco convencionales, busca recrear la magnitud de las emociones con relación al cuerpo, resaltando los más minuciosos detalles, desde la pigmentación de la piel, la más sutil de las arrugar, los vellos y las expresiones faciales, que sin dificultad crean de inmediato un vínculo con una “realidad”.




Cuando Ron Mueck visitó San Ildefonso, a principios de 2011, analizó las salas de exhibición para desarrollar la museografía y mostrar al espectador una posición ventajosa que permita estudiar las expresiones y analizar cada detalle del lenguaje corporal de sus obras: acabados estremecedores, meticuloso en el menor detalle.



















El artista se pregunta si una escultura moderna, en el entorno mundano de una galería, puede entender un tema como la muerte, que ha sido tradicionalmente abordado por el arte sacro y religioso. Plantea esta incógnita en una de sus más recientes esculturas, A la deriva, 2009; donde un hombre, un poco bronceado, sobre un inflable flota en medio de un fondo azul. Colocada en la pared, por Mueck, nos remonta a los crucifijos del siglo XVII, que cuelgan en lo alto de las iglesias. Aquí nos ofrece una variación contemporánea: una crucifixión que parece salir del mundo material del siglo XXI.











No hay comentarios.:

Publicar un comentario